martes, 26 de febrero de 2013

Vuelo

El avión con destino a la ciudad de Brisbane partiría al mediodía.
A pesar de que Diego recibió el mensaje años atrás, fue una lesión súbita la que lo hizo recordar que se hacía tarde para la reuinón.
Caminando distraído por la calle, cargando una tabla de cerca de dos metros de altura y mandando un mensaje de destinatario desconocido a través de su celular, tropezó con una coladera.
El dolor fue tan certero que lo primero en que pensó fue una fractura. Afortunadamente, tras visitar a su amigo el médico se dio cuenta de que era sólo un esguince, y que un mes de recuperación le sería suficiente para retomar el camino alguna vez olvidado.
Tras la recuperación, su esposa y su hijo lo acompañaron al aeropuerto y lo despidieron con sonrisas auténticas.
"Regresaré pronto", dijo Diego, "necesito aprender a volar".

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